El Ayuntamiento de Capannori asumió que, en un mundo finito, es necesario actuar para parar el consumo de recursos naturales, que es posible hacerlo actuando a nivel local y para éllo han desarrollado numerosos instrumentos y actividades para reducir la huella ecológica de Capannori. Es el primer Ayuntamiento de Italia que se ha adherido a la Estrategia de Residuos Cero (en 2007), una iniciativa internacional que utilizan algunos ayuntamientos de todo el mundo y para reducir casi a cero la cantidad y el peligro de los residuos: “Residuos Cero es un objetivo que es económico, eficiente y visionario para guiar a las personas en modificar sus estilos de vida y sus prácticas para emular los ciclos naturales sostenibles, donde todos los materiales desechados están diseñados para ser recursos que otros utilizan” (Alianza Internacional para Residuos Cero).
Esta práctica siempre se asocia con alguna forma de participación ciudadana. El Ayuntamiento de Capannori llevó a cabo muchas reuniones públicas e hizo partícipes a muchos ONG locales para gestionar la nueva política, con lo que obtuvo la aprobación general de la población. En la primera fase de ampliación del nuevo sistema de recogida de residuos, hubo algunos problemas, sobre los cuales se debatió en reuniones públicas durante las cuales las personas señalaron sus dificultades: escuchar a la gente era importante para obtener comentarios sobre los efectos de la nueva estrategia en el territorio y regular y ajustar las acciones en el proceso. La política medioambiental de Capannori se desarrolla a través de muchas actividades diferentes, entre ellas la introducción de prácticas de prevención de residuos (por ejemplo, elaboración doméstica de abono vegetal, “adquisición pública verde”, acciones contra el envasado del agua, la leche y los detergentes, comedores sin platos de plástico) y de pañales y compresas ecológicos, reutilización de objetos (por ejemplo, a través de mercados de segunda mano) y reciclaje de residuos.
Financiación: La política fue creada inicialmente por el Ayuntamiento y después se autofinanció a través de los ahorros de los fondos públicos generados al reducir los desechos no separados y con la venta de materiales para reciclaje.
Resultados: Económicamente, es un proyecto sostenible. El proyecto también es sostenible en términos sociales: desde el principio hasta 2010, la empresa pública ha contratado unas 50 personas para gestionar el sistema de recogida de residuos. La sostenibilidad medioambiental se potencia a través de diferentes objetivos alcanzados: las acciones desarrolladas han conducido a una reducción relevante de los residuos urbanos diarios por habitante (de 1,92 kg a 1,4 kg entre 2004 y 2009) y los porcentajes de reciclaje han aumentado hasta el 80%.
La primera ciudad en aplicar este tipo de legislación fue Canberra, en Australia, en 1995. La ciudad de San Francisco, en Estados Unidos, y con 7.000.000 habitantes, también la aplicó y en 10 años logró reducir en un 50% sus residuos urbanos y San Diego ha aprobado medidas para acelerar sus esfuerzos con la meta de convertirse en una ciudad con «cero desechos» para 2040. Suecia recicla el 99% de sus desechos. Y en Oslo, Noruega (como en otras ciudades de Escandinavia y Europa del Norte), se han construido plantas de cogeneración que generan calor y electricidad a partir de la basura, suficientes para abastecer a la mitad de la ciudad.
«La reducción de desechos es como el deporte, tienes que estar motivado y bien entrenado» Bea Johnson, Basura Cero (Arena, 2013).
La ciudad de Roubaix en Francia ofreció hace unos meses a un centenar de familias participar en un programa piloto para reducir su basura en un 50% en los próximos meses. Empezarón con el compostaje y la compra en grandes cantidades y a granel y a través de gestos simples, como confeccionar éllos mismos las toallitas para sustituir los algodones desmaquillantes o cambiar su máquina de café espresso por una cafetera tradicional, han conseguido reducir su basura hasta alrededor de 200 gramos de basura por semana, o sea, de 10 kg a 15 kg anuales, cuando la media es de 243 kg de basura al año per cápita en Roubaix.
Rouboix ha sido la primera ciudad francesa en hacerse partícipe de este enfoque. Los responsables municipales de Desarrollo Sostenible de Roubaix pensaron que era una buena idea fomentar la eliminación de residuos en lugar de aumentar el número de agentes de limpieza de la ciudad. Consideran que, además ser una necesidad medioambiental, se van a crear nuevos puestos de trabajo en torno al reciclaje y se generará una oferta de nuevos servicios.
Tras el desafío ofrecido a las familia, donde cerca de 300 residentes fueron entrenados regularmente para aprender a reducir su basura doméstica y ahorrar dinero, ahora ya ha llegado el turno de los comerciantes.
Muchos otros proyectos están siendo objeto de estudio, como la creación de un espacio de «basura cero» para el intercambio de buenas prácticas, o el lanzamiento de un servicio de pañales de tela para las guarderías. El objetivo es convertirse en una zona piloto para que luego pueda extenderse por todo Francia y el resto del mundo.
No te pierdas el resto de post de Inspiracción Social, haz click aquí. Recetas de innovación social, economía en transición y resiliencia para un desarrollo sostenible a la medida de las personas.
Fuentes: www.uclg-cisdp.org, www.wedemain.fr
Traducido y adaptado por Inspiracción Social
Inspiraccion Social 
Excelente información. Me ayudaron mucho en mi tarea.
Me gustaMe gusta